viernes, 16 de octubre de 2009

El Vino sabe a ¿vino?

Revisando escritos y cosas, encontré esto que escribí en mayo de 2008 después de ver un video en WineSpectaror. Me pareció simpático y perfecto para compartir con los más novatos.

¿De dónde sacan esos aromas y sabores que marcan las notas de cata de las etiquetas en las botellas de vino? Aprende los 4 pasos básicos para apreciar el vino (tinto o blanco).

Si acostumbras probar el vino tomando un sorbo e inmediatamente tragarlo, lo más seguro es que no te guste, en especial el tinto. Lo que ocurre es que el líquido sólo recorre el pasillo central de la lengua que es precisamente el que percibe los sabores ácidos y los amargos. Básicamene estás percibiendo taninos y notas ácidas. De ahí que el vino siempre te sepa a "vino".

La próxima vez, sigue estos pasos:
  1. Ver: el color te dará información sobre la edad del vino, si está limpio, si es brillante, translúcido, etc. Es importante hacer el examen visual, porque casi todos empezamos a comer por los ojos. Lo agradable nos llama la atención. Aprecia cómo la luz atraviesa la copa y crea esos reflejos tan bonitos de rojos o dorados. Los especialistas pueden incluso conocer la variedad de uva utilizada para hacer el vino con solo mirar la copa.
  2. Oler: se podría decir que, considerando el gran número de uvas y de denominaciones de origen, los vinos pueden presentar prácticamente cualquier aroma imaginable. Es posible percibir desde rosas, ciruelas o chocolate amargo hasta medias olorosas y sobaco sudado, jeje (cómico pero cierto. Lo he sentido en algunos blancos y no hay otra forma de describirlo). Sírvete y huele una vez sin agitar la copa para sentir lo que llaman "la primera nariz", concéntrate en recordar e identificar aromas. Luego, agita la copa para que se oxigene el vino y se exprese más intensamente, tú concéntrate aún más. Cada uva, terruño y método aportan carácterísticas y aromas peculiares ¿Cuáles pueder percibir tú?
  3. Saborear: El vino puede haberte encantado en la vista y la nariz, pero la boca es la prueba de fuego. Toma un sorbo y pasealo por la boca, trágalo o escúpelo. Esto se hace para envinar la boca y limpiarla de sabores ajenos al vino. El segundo sorbo es el que cuenta. Concéntrate ¿Es dulce, salado, ácido o amargo? Deja que el vino recorra toda tu boca un momento antes de tragarlo. Preséntaselo a todas tus papilas gustativas, si les cae bien a ellas entonces nos queda disfrutar. Pasa la lengua por el paladar ¿parece lija, terciopelo o seda? Ese es el efecto de los taninos. Después de tragarlo ¿cuánto te dura el saborcito? Exhala aire por la nariz con la boca cerrada ¿qué aromas sientes ahora?
  4. Resumir: Todas las notas en las etiquetas de vino reflejan el comentario del enólogo o del sommelier de la casa fabricante, retocado por el equipo de marketing. Pero quien degusta debe formarse su propio criterio. Al final, eres tú quien sabe qué te gusta. Realiza tu propia nota si te gustó el vino que probaste. Si no te gustó, también toma nota (no sea que termines comprándolo de nuevo porque no recuerdas si te gustó o no). Asegúrate de anotar su nombre, cosecha, productor, país, variedad de uva, precio y tus impresiones, por supuesto. Para que así en un futuro lo puedas volver a comprar o incluso recomendar.
El Novato

No hay comentarios:

Publicar un comentario